Mérida 0-1 R. Huelva
Se había sostenido el Recreativo en pie
gracias a su eficacia como local, ya que el cuadro de Alberto Monteagudo ha
ganado los dos encuentros que ha disputado en el Nuevo Colombino. Sin
embargo, el conjunto
albiazul tenía como asignatura pendiente mejorar como visitante y lo ha logrado cumpliendo
pequeños objetivos que le han llevado a su primera victoria lejos de casa. El
Decano volvió a mostrar una mayor solidez defensiva, dejando la puerta a cero
por segunda semana consecutiva y sabiendo competir a pesar de las numerosas
ausencias con las que se presentó en el Estadio Romano. El premio fue mayúsculo, sobre todo por
la forma en la que llegó, con un gol de Chuli en el último minuto del descuento.
El técnico del
Recreativo tuvo que reinventar
su alineación ante la plaga de ausencias que azotó a la
expedición albiazul. Sin Óscar Ramírez, Quique Rivero, Rubén Cruz, Alfonso... Monteagudo
apostó por un 1-4-2-3-1, con la misma defensa que terminó jugando ante el UCAM,
es decir, Cera, Diego Jiménez, Morcillo y Nano. Sergio Jiménez y Gustavo
Quezada formaron en el doble pivote, mientras que Isi Ros jugó en banda
derecha, Quiles ejerció de enganche y Gerard Vergé partió desde banda
izquierda, aunque entrando por dentro y dándole carril a Nano. Chuli, referente
ofensivo y a la postre decisivo en el encuentro, estrenó titularidad.
El choque no fue
nada del otro jueves, ni quedará en la memoria de los que lo vieron, pero ambos conjuntos pusieron la intensidad
necesaria para disputar un duelo que poco se jugó en las
áreas. De hecho, la única gran ocasión de toda la primera mitad fue para el
Recre en un tiro de
Quiles que se marchó lamiendo el poste de la meta de Curro Harillo tras
un error del cuadro emeritense. Es cierto que el Mérida fue de menos a más y
que terminó el primer acto apretando, consiguiendo varios saques de esquina y
poniendo en algún aprieto a Nauzet.
En la segunda mitd no cambió mucho el decorado, más bien siguió igual. Quizás el Decano algo más cómodo en fase
defensiva, pero sin llegar a generar demasiado peligro. Monteagudo comenzó a mover su banquillo casi
por obligación porque Gustavo Quezada tenía una amarilla y daba la sensación de
que en cualquier momento podría ver la segunda. El preparador recreativista no
tuvo reparos en hacer debutar al juvenil Fran, que estuvo a la altura de las
circunstancias. Siguió el preparador del Decano buscando reactivar al Decano en
ataque con la entrada de Víctor Barroso por Isi Ros. El onubense, que debutaba
esta temporada en partido oficial, tuvo unos buenos minutos, en los que
maniobró con libertad entre líneas y terminó dándole continuidad al juego
ofensivo albiazul.
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