PLAY OFF DE ASCENSO A 2ª DIVISION. ELIMINATORIA DE CAMPEONES. VUELTA
R. Huelva 1-1 Fuenlabrada
El Recreativo amaneció con
esa sensación. Esa que te dice que creas, y tú lo haces, pero en el momento en
el que te sientas a reflexionar dices, imposible. Por eso ni un solo recreativista
se paró a pensar en toda la semana. Desde la salida del Fernando Torres hasta
el gol de Juanma Marrero de ayer todo
fue una fe ciega, una entrega absoluta al milagro. No hubo remontada, pero al Recre y a su gente que le
quiten lo bailao.
Al Decano
le ha faltado en la eliminatoria de campeones toda esa fortuna que
le acompañó desde el final de la primera vuelta. Porque lo justo ayer era que
el Recre hubiera ganado el partido y, además, que la eliminatoria se hubiera
abierto. Lejos de lo que se podía esperar, el Decano no se tiró a por el
Fuenlabrada a tumba abierta. El Recre quiso remontar desde la frialdad y la
madurez, acumuló llegadas en el primer tiempo para haber desnivelado la balanza
a su favor, pero el fútbol se juega en las áreas y ahí volvió a perder el
combinado de Salmerón. Hasta
tres ocasiones de gol claras tuvieron los albiazules en el primer tiempo. Un
remate entre los tres palos realizó el Fuenlabrada. 0-1 al descanso.
Salmerón no cambió de sistema y no
realizó más cambios de los que ha realizado durante el desarrollo de la
temporada. La ausencia de Iván González, que ha sufrido molestias durante toda
la semana, la solventó el técnico con la entrada de Pina y la reubicación de
Diego Jiménez en el centro de la zaga, mientras que Borja Díaz entró por
Andrade y Ródenas por Quiles. Ninguna locura ni ninguna invitación al
Fuenlabrada para matar la eliminatoria a la contra.
El
comienzo del choque no mostró un Decano con ansiedad por llegar a la
portería contraria, como tampoco enseñó la debilidad mental de los madrileños
que, además, se asomaron pronto por las inmediaciones de Marc Martínez en un
centro lateral en una acción a balón parado que Glauder no envió de milagro al
fondo de las mallas.
El Recre
respondió con una ocasión que aún hoy no se entiende cómo no terminó en gol.
Tropi enganchó un duro disparo desde la frontal que Biel Ribas desvió como
pudo, Caye rescató el cuero y se la dio a Iago Díaz, que controló y fusiló con el meta visitante
fuera del arco. Un defensor sacó el cuero con la cabeza.